Creo que voy abriendo los ojos,
Creo que voy abriendo los ojos,
los tiempos de mi noche llegan a su fin,
y, mientras caen los velos,
recuerdo mi búsqueda ciega
en ocultos misterios densos
y absurdos problemas viejos.
Pensando vagué por lo oscuro
sin saber ver lo tuyo,
sin recoger tu ayuda.
Sordo a palabras de aliento,
asustado por los ecos.
Con tanto buscar agitado
perdí la puerta,
Con tanto llorar desolado
no la vi abierta,
y sólo al descansar rendido
escuché tu voz, aturdido.
Mis amigos reían y yo estaba con ellos,
alguien contaba un deseo,
mientras voló un recuerdo,
abrimos los oídos a esos diarios sueños.
Alguien buscó un apoyo y recibió un tesoro.
Y, al fin, escuche tu voz profunda
que en mi corazón retumba.
“Sólo quien oye al hermano
sentirá en su alma mi mano”.
los tiempos de mi noche llegan a su fin,
y, mientras caen los velos,
recuerdo mi búsqueda ciega
en ocultos misterios densos
y absurdos problemas viejos.
Pensando vagué por lo oscuro
sin saber ver lo tuyo,
sin recoger tu ayuda.
Sordo a palabras de aliento,
asustado por los ecos.
Con tanto buscar agitado
perdí la puerta,
Con tanto llorar desolado
no la vi abierta,
y sólo al descansar rendido
escuché tu voz, aturdido.
Mis amigos reían y yo estaba con ellos,
alguien contaba un deseo,
mientras voló un recuerdo,
abrimos los oídos a esos diarios sueños.
Alguien buscó un apoyo y recibió un tesoro.
Y, al fin, escuche tu voz profunda
que en mi corazón retumba.
“Sólo quien oye al hermano
sentirá en su alma mi mano”.